La fiesta recuerda los festejos para el final de la peste que a finales del 1500 mató a cerca de 50.000 personas, un tercio de la población que tenía la ciudad por esas fechas.
El Senado de la ciudad decidió entonces que el Doge mandara a construir una basílica con la esperanza de interceder con el Redentor para que terminara con la pestilencia y estableció que, cuando la ciudad se hubiese librado del contagio, se habría organizado una fiesta para celebrarlo todos los años.
El 13 de julio de 1577 se declaró el final de la peste y se fijó la fecha de la fiesta al tercer fin de semana de julio. Todos los años se construye entonces un puente sobre barcos que cruza el canal de la Giudecca de parte a parte para permitir a los fieles acceder directamente a la basílica y participar en los ritos religiosos de agradecimiento.